La custodia compartida es cada vez más frecuente en los procesos de divorcio, pero plantea muchas dudas sobre la vivienda familiar: ¿quién se queda en la casa? ¿pueden los hijos seguir viviendo en ella con ambos progenitores? ¿qué dicen los jueces en estos casos?
En este artículo te explicamos cómo se regula el uso de la vivienda familiar en situaciones de custodia compartida, los criterios que aplican los tribunales y las soluciones más habituales.
Custodia compartida y derecho de uso de la vivienda
Cuando se establece una custodia compartida, la atribución del uso de la vivienda familiar se vuelve más compleja que en la custodia monoparental. En este caso, ambos progenitores pasan tiempos similares con los hijos, pero la ley no prevé automáticamente que ambos conserven el derecho de uso de la vivienda.
Es importante distinguir entre la titularidad de la vivienda (quién es el propietario) y el derecho de uso (quién puede vivir en ella). Los jueces no se fijan únicamente en quién es dueño de la casa, sino en qué solución protege mejor el interés superior de los hijos y evita perjuicios económicos desproporcionados para alguna de las partes.
En la práctica, cada situación se estudia de forma individual, valorando las circunstancias familiares y patrimoniales de los cónyuges.
Opciones que valoran los jueces en custodia compartida
Los tribunales pueden adoptar distintas soluciones en función del caso concreto:
- Mantener la vivienda como residencia de los hijos: En algunos supuestos, la vivienda se mantiene como residencia fija de los hijos, mientras que los progenitores se turnan para vivir con ellos en periodos alternos. Aunque protege la estabilidad de los menores, esta opción puede resultar poco práctica y costosa para los padres, que necesitan otra vivienda donde residir cuando no están con los hijos.
- Atribuir la vivienda a uno de los progenitores: Otra posibilidad es conceder el uso de la vivienda a uno de los progenitores, normalmente el que se encuentre en peor situación económica, siempre que no perjudique a los hijos. El otro progenitor deberá buscar una vivienda alternativa durante sus periodos de custodia.
- Soluciones alternativas: En algunos casos, los jueces autorizan o las partes acuerdan:
La venta de la vivienda y reparto del valor obtenido.
El alquiler de un inmueble distinto, con reparto proporcional del coste.
Establecer un plazo temporal de uso de la vivienda por parte de uno de los progenitores.
Factores que influyen en la decisión judicial
Cuando existe custodia compartida, no hay una única solución para el uso de la vivienda familiar. Cada caso se estudia individualmente y los jueces tienen en cuenta varios factores antes de tomar una decisión:
- Edad y necesidades de los hijos: La prioridad es garantizar la estabilidad de los menores. Si son pequeños, se busca mantenerlos en un entorno estable, evitando cambios constantes de domicilio o colegio. En cambio, cuando son adolescentes, puede ser más fácil adaptar el régimen de vivienda a sus nuevas rutinas y autonomía.
- Situación económica de los progenitores: Si uno de los progenitores tiene una situación económica claramente más desfavorable, el juez puede valorar atribuirle el uso de la vivienda para evitar un desequilibrio excesivo. También puede fijar compensaciones económicas para equilibrar la carga.
- Titularidad y régimen de propiedad de la vivienda: Aunque la propiedad de la vivienda no es determinante por sí sola, sí influye en la decisión. No es lo mismo que la vivienda sea de ambos, que pertenezca solo a uno de los progenitores o incluso a un tercero (como los abuelos). La titularidad puede condicionar la duración del derecho de uso o la posibilidad de vender el inmueble en el futuro.
Extinción o modificación del derecho de uso
El derecho de uso de la vivienda familiar no es ilimitado. Incluso en custodia compartida, puede extinguirse o modificarse cuando cambian las circunstancias que motivaron su atribución inicial.
1. Cuando los hijos alcanzan la mayoría de edad: Al cumplir los hijos los 18 años, el juez puede revisar la atribución del uso de la vivienda. Si ya son económicamente independientes, el derecho de uso suele extinguirse. Si aún dependen de sus padres, los tribunales valoran si mantener el uso de forma temporal o buscar otra solución.
2. Nuevas circunstancias que pueden cambiar la atribución: El derecho de uso también puede revisarse si se producen situaciones como:
Que uno de los progenitores inicie una convivencia estable con una nueva pareja en la vivienda.
Que los hijos cambien de domicilio habitual por decisión judicial.
Que se venda la vivienda o se acuerde otra solución más equilibrada para ambas partes.
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